
La primera vez que vimos PlayStation All-Stars Battle Royale (PSABR) en abril, pensamos lo que pensó la mayorÃa del mundo gamer: Sony estaba sacando su propia versión de Super Smash Bros. Para quienes no la conocen (que deben ser pocos considerando sus números de ventas), es la serie de juegos de Nintendo en el que personajes de esa empresa miden fuerza en niveles bidimensaionles sacados de los juegos de cada uno. PSABR es exactamente el mismo concepto con los peronajes de Sony, pero después de jugarlo un rato podemos afimar que tiene su propio estilo.
PSABR funciona de la siguiente manera. Cada personaje tiene el deber de repartir daño a los demás con el objetivo de ganar ‘knock-outs’ y asà sumar puntos. Sin embargo, para lograrlo es fundamental no solo saber atacar con las habilidades básicas del personaje, también hay que considerar un elemento adicional de estrategia.
Entre más exitosos sean los ataques de un jugador, más puntos de ataque va a acomular, lo que llena su barra de ataque especial. Cuando el jugador acumule suficientes puntos, podrá desatar un ataque especial que probablemente le sume numerosos ‘knock-outs’ dada su increÃble y desequilibrante potencia. Cada personaje tiene tres diferentes ataques especiales y entre más puntos de ataque acumule, más poderoso será su ataque especial.
En cuanto al control, se nota que el desarrollador del tÃtulo, SuperBot Entertainment, quiso brindar una experiencia fácil de disfrutar pero que ofrezca una profundidad interesante para cautivar a los jugadores más competitivos y exigentes. Es acá donde más se notan las diferencias con Smash Bros., lo que le da una identidad particular a PSABR frente a su competencia.
A diferencia de Smash, en PSABR hay una mayor uso de los botones del control. En lugar de limitarse a un botón para ataques especiales y otro para ataques normales, en PSABR hay tres botones de ataque, lo que hace un poco más profunda la experiencia y permite una mayor variedad en las tácticas de cada personajes. La otra cara de la moneda es que el juego no es tan simple y elegante como Smash, pero ese no es necesariamente un sacfrificio terrible e irremediable. Simplemente es el estilo de PSABR.
Por último, queda claro que PSABR logra muy exitosamente aprovechar lo especiales que son las franquicias de Sony y le inyecta una fuerte dosis de cada una a sus personajes. Por ejemplo, Radec, de Killzone, se especializa en armas y usa el poder bélico de Helghast para acabar con sus enemigos, mientras Sly Cooper puede hacerse totalmente invisible para usar la sorpresa como su arma más poderosa, al igual que ocurre en los juegos de esa franquicia.
A pesar de que sÃ, es un juego que toma mucho de la competencia, PSABR tiene buen potencial. No es la primera vez que una empresa toma una idea de otra y le mete su propia personalidad, y PSABR lo está haciendo bien, dejará contentos a los amantes de PlayStation. Además, gracias al PSN parece que por fin podremos jugar un tÃtulo de este estilo en lÃnea sin que sea una tortura, algo que Nintendo no ha logrado con Smash. En otras palabras, hay por qué emocionarse por PSABR y no considerarlo un clon mal ejecutado de la competencia, aunque solo hasta final de año, cuando sale el juego, sabremos la verdad a ciencia cierta.
Fuente: [ http://www.enter.co/ ]